Puede que los gatos y los perros sean animales muy diferentes, pero sí tienen algunas cosas en
común. Los dos necesitan mucho juego, descanso y atenciones para ser felices, así como los dos
deben beber suficiente agua para estar siempre bien hidratados. Los gatos necesitan alrededor de
300 ml al día y los perros desde 600 ml (un terrier por ejemplo) hasta 1200 ml (un labrador).
La diferencia de tamaño no es el único factor que determina las formas distintas en que beben los
gatos y los perros. Muchos de los hábitos que vemos en los gatos domésticos de hoy en día han sido
heredados de sus antepasados salvajes.
Hace mucho tiempo, los gatos vivían en los desiertos africanos. La vida en este entorno tan seco
obligaba a los gatos a ser muy buenos buscando agua. Literalmente, su sentido del olfato estaba tan
especializado que eran capaces de olerla. Solían buscar agua limpia y clara, sobre todo de una
corriente.
Siglos después, el gato doméstico común sigue siendo capaz de oler el agua. También prefieren
beber de un chorro de agua corriente en lugar de un cuenco. La causa puede ser que al beber de un
cuenco se les mojan los bigotes. Los gatos aún son muy especiales respecto a la forma en que se les
ofrece agua y jamás beberán agua sucia.
Los perros son muy diferentes. Siempre les ha gustado beber agua sin que tenga que estar
cristalina... ¡Cuanto más barro mejor! También los perros tienden a ensuciar mucho más la zona
alrededor del cuenco de agua, que no es raro ver cubierta de una mezcla de agua derramada y babas.
En realidad, todo este caos tiene su porqué y es que los perros toman mucha más agua que los gatos
en cada lengüetazo.
Mantener hidratada a su mascota es muy importante, ya que la deshidratación puede dar lugar
rápidamente a problemas serios de salud. No importa si su mascota es un perro o un gato: tiene que
asegurarse de que disponga constantemente de agua fresca, sobre todo, en climas cálidos, cuando su
mascota no se encuentre bien, o con mascotas de edad avanzada.
Si le preocupa que quizás su mascota no beba lo suficiente, existen soluciones para animarla a beber
más. Una forma muy sencilla es cambiar de comida seca a húmeda. La comida seca contiene
alrededor de un 10 % de agua, mientras que la comida húmeda contiene un 75 %. Cambiar de un
tipo de comida al otro aumentará rápidamente la ingesta de agua de su mascota.
Otra opción es empezar a usar una fuente para mascotas. Las fuentes reproducen corrientes de agua,
a menudo los lugares preferidos por los animales en la naturaleza para beber. Son apropiadas tanto
para gatos como para perros y están disponibles en distintos tamaños.
A los gatos les encantan las fuentes para mascotas, ya que les recuerdan el murmullo de los arroyos
de donde bebían sus antepasados. Los perros no tienen problemas en beber de un cuenco de agua
normal la mayoría de las veces, pero si están enfermos, una fuente de caída libre puede ayudar para
animarles a beber.
Lo importante es no olvidarse de estimular a sus mascotas para que beban lo máximo posible.
Observe posibles síntomas de deshidratación y sea consciente de los cambios en la meteorología y
la edad, y cómo estos afectan a la necesidad de agua de su mascota.
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